Mitos de la convivencia con un perro

Dentro del mundo del adiestramiento existen diferentes escuelas.

Pero a grosso modo existen dos grandes grupos en los que se puede clasificar: el adiestramiento en positivo y el método tradicional.

Éste último también recibe el nombre de vieja escuela. Esto se debe a que durante el adiestramiento y las modificaciones de conducta se usan castigos desmesurados con mucha frecuencia.



En la forma tradicional de entender a los perros se habla con demasiada facilidad de que el perro se puede hacer dominante. Según esta corriente del adiestramiento, para evitar futuros problemas deberíamos convivir con los perros de una cierta manera.

¿Cómo debería ser la convivencia según el adiestramiento tradicional?

Le dan mucha importancia a temas como el lugar de descanso que ocupa el perro, el paseo o la prioridad a la hora de comer.

Según esta visión al perro nunca se le debería dejar subir al sofá o a la cama, ya que ello puede fomentar que el perro se considere jerárquicamente superior.

Opinan lo mismo respecto al paseo, de forma que afirman que nunca se debería permitir que un perro tire de la correa y camine delante nuestro. E incluso que no salga por las puertas antes que nosotros. A la hora de comer también le dan importancia a que el perro coma después.

Bajo nuestro punto de vista esta visión del adiestramiento y de la convivencia con nuestro perro es obsoleta.

La convivencia debería ser agradable

Somos de la opinión de que el lugar de descanso es importante, pero no porque consideremos que subir al sofá o la cama es incorrecto.

Es importante para que el perro aprenda a estar tranquilo en casa y para que tenga un lugar asignado y así tienda a estar allí durante el día. De la misma manera que le proporcionamos actividad física, también tiene que tener momentos para descansar.



Por otro lado, respecto al paseo lo fundamental es que sepa llegar a los sitios sin tirar de la correa. De esta manera se trabaja el autocontrol, lo cual siempre es interesante, y los paseos son más agradable tanto para el guía como para el perro.

No le damos importancia a quién debería comer antes. Es válido tanto darle antes que nosotros como después, no tiene mayor importancia. Y lo mismo sobre el tema de salir antes que nosotros por las puertas. Lo único a tener en cuenta es que salga tranquilo a la calle.
 
El día a día con tu perro debería ser algo agradable y no una eterna lucha por el liderazgo.
Convivir con tu perro de la manera anteriormente descrita solo fomenta que lo percibas como un posible enemigo al que hay que derribar. Por tanto no lo verás como un compañero de viaje, que es lo que realmente es.

La convivencia debería estar basada en el respeto mutuo, la confianza y el afecto. Ésta es la única manera de tener un vínculo sano con tu perro y que la relación entre ambos sea agradable y placentera.